La Catedral de la Intercesión o de San Basilio, fue mandada a construir por el zar Iván el Terrible en 1555 y terminada seis años más tarde. Es una de las edificaciones que forman el conjunto arquitectónico de la Plaza Roja de Moscú. Consta de 9 naves cilíndricas, todas diferentes, ocho de ellas terminan en cúpulas con formas de cebollas y la del centro, con un techo piramidal. Cuenta la tradición que Iván el Terrible preguntó a los arquitectos si podrían construir algo más bello y ante la afirmativa respuesta de ellos, el zar les mandó a sacar los ojos. En 1588 se levantó un edificio al lado de la tumba del beato Basilio que se convertiría en el décimo cuerpo y motivaría el cambio de denominación al llamarse desde ese momento la Catedral de San Basilio. A la derecha está la Torre del Salvador, la principal que da acceso al Kremlin, uno de los símbolos de la ciudad y del poder en la época de URSS.